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Agosto 29,2022. Redacción 4MI: Galería News / República 18 / Boletín Ecológico / La Mesa Redonda.

San José, Costa Rica.- Las razones por las cuales los y las nicas tienen para salir hacía Costa Rica son diversas, pero tienen en común un objetivo: encontrar un empleo estable y bien remunerado, pues en Nicaragua las opciones de un trabajo que dé para comer son difíciles. 

En un primer momento solamente logran el empleo, pero no la buena remuneración. Los nicas logran obtener trabajo principalmente en cuatro sectores de la economía tica: agrícola, construcción, pesca y servicios.

En esta nueva entrega, las plataformas informativas aliadas 4MI conformadas por La Mesa RedondaBoletín EcológicoRepública 18 y Galería News, exponen en voces de protagonistas y analistas la contribución que representa la mano de obra nicaragüense a la economía tica, principalmente en el sector construcción y servicios.

El catedrático tico Phd Carlos Granados Chaverri, destaca que la economía costarricense “no es viable y no es concebible sin el trabajo de los nicaragüenses”. Asimismo, que Costa Rica no podría mantener negocios si no tiene el apoyo de “la fuerza de trabajo de Nicaragua”, declara.

Nicas ya son un poco más de medio millón en Costa Rica

Diversos informes de organismos gubernamentales y no gubernamentales e instituciones como la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, coinciden en revelar que los migrantes nicas “ya sobrepasan el medio millón de pobladores y pobladoras”, así lo dice el documento titulado “La Población Migrante Nicaragüense en Costa Rica: Realidades y Respuestas”.

Esa cantidad representaría exactamente el 10% de la población costarricense y que genera el 12% de la producción nacional, especialmente en actividades como la construcción, agricultura o pesca. 

“El cambio de significado de la migración del nicaragüense a Costa Rica ya es estructural. Se lo voy a poner en esos términos, la economía costarricense no es viable, no es concebible sin el trabajo de los nicaragüenses en este país; así de categórico y de sencillo. Quite eso, cierre esa puerta y este país no podría aguantar. En qué sectores?… en construcción, sobre todo agricultura”, destaca Granados Chaverri.

La mayoría de los migrantes nicaragüenses llegan a Costa Rica en busca de trabajo, aunque no todos lo encuentran. Su tasa de desempleo es similar a la de los ticos. Menos de la mitad están asegurados, lo cual es un problema, y se debe a que sus empleadores costarricenses, no los aseguran. Así lo afirma el medio Informa-tico en su artículo “Mitos y verdades sobre la migración nicaragüense en Costa Rica”.

En ese sentido, Granados Chaverri llama a los empleadores de su país a cumplir con lo que establece la ley en horario de trabajo y en salario, pues subraya que el nicaragüense es “gente honrada que viene a trabajar” y con “reputación de ser trabajador”.  

Los migrantes nicas aportan un 12% al Producto Interno Bruto (PIB), es decir, en una proporción levemente menor que los trabajadores locales (9.1%). Además, los trabajos que los nicaragüenses realizan son escasamente demandados por la mano de obra tica, según el estudio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización Mundial del Trabajo (OIT). 

No obstante, el porcentaje de nicas desempleados es exactamente igual a la de los ticos, pero los empleos que los primeros toman son los más duros y mal remunerados, apunta el medio Informa-tico en su reporte antes mencionado.

En ese sentido el catedrático costarricense indica que “han habido mejoras, y hay más respeto, porque ya se comprende en el país que esto no es una cosa que se acaba dentro de dos años… esto va a durar más”.

Agrega que “Costa Rica es adicta (a la mano de obra nica), es una adicción lo que este país desarrolló, es una adicción. No podemos mantener negocios si no tenemos el apoyo de la fuerza de trabajo de Nicaragua”.

Granados Chaverri afirma que el nicaragüense “trabaja muy bien, la gente no se queja; de hecho la demanda de trabajadores es alta, es muy alta. Yo pienso que cuantitativo y cualitativamente es un aporte considerable”.

También admite que ha sido “testigo de cosas espantosas que han sucedido” a los nicas en su país como la explotación laboral. “Yo sí he visto eso en la zona norte de Costa Rica, por Los Chiles, he visto trabajadores que tienen dos meses de estar trabajando y luego el mismo patrono los denuncia que están indocumentados y no les pagan y eso no va a contar en ninguna estadística que podamos recopilar. Hay un montón de trabajo que no se va a ver reflejado en las estadísticas porque es trabajo no declarado”, expone.

“A un nicaragüense le puedo proponer un salario bien bajo y es probable que me lo acepte, (pero) yo nada gano con que un nicaragüense sea pobre y eso es lo que la gente no entiende, ni para el país”, apostilla. 

Me he encontrado con jefes “maltratadores” y con jefes “buenos”, dice nica en Costa Rica

Janette del Carmen Saballos, es originaria de la ciudad de Bluefields en el Caribe Sur de Nicaragua, hace 10 años ella decidió migrar hacia Costa Rica para huir de la violencia machista.

Saballos, es cocinera en un restaurante en San José y asegura que cuenta con un buen salario; sin embargo, cuenta que al principio le tocó trabajar con bajos salarios y con empleadores “maltratadores”; pero que ahora, su actual su jefe a quien califica como “muy buena persona”, cumple con sus obligaciones de empleador conforme a las leyes costarricenses.

 

“En este trabajo gano bien, tengo póliza de seguro… Nosotros los nicaragüenses agradecemos a este país que nos ha brindado el apoyo, nos ha aceptado cuando somos trabajadores, cuando hacemos nuestro trabajo bien, honestos, honrados”, expresó Saballos.

La nicaragüense destaca que a través de su trabajo en Costa Rica ha podido sacar adelante a sus dos hijos y envía dinero a sus padres en Nicaragua. 

“Obvio que a uno le hace falta su país, porque yo siempre me quiero ir, pero siempre me sigue siendo factible aquí, que en Nicaragua, por todo lo que hay, la situación del país, cómo está lo económico de durísimo”, concluye.

¿Y la xenofobia?

La xenofobia ha sido una realidad para los nicaragüenses en Costa Rica por muchos años. Un estudio de Naciones Unidas publicado en julio de 2021, reveló que en los primeros 13 meses de pandemia del COVID-19 en ese país se registraron más de 180,000 comentarios xenofóbicos, la mayoría de ellos contra los nicaragüenses. 

Xenofobia: Sentimiento de odio, repugnancia y hostilidad hacia lo extranjero. Se manifiesta a través de creencias, actitudes y comportamientos hostiles hacia las personas de origen distinto al propio, como el desprecio, la discriminación, y las agresiones físicas o verbales.

Granados Chaverri, dice que en la actualidad “hay una gran sensibilización de la población costarricense”, sobre la población nica. “¿Quién en este país no conoce y no ha tratado cotidianamente con nicaragüenses?”, pregunta.

“Hay una moralidad clara cuando uno comprende las circunstancias de la gente para dejar su tierra, eso no es fácil para nadie. Nadie quiere irse, salvo gente que tiene ciertas condiciones para irse a lugares con condiciones. Por ejemplo, alguien joven que trabajo un poquillo, recoge plata, ese se puede atrever a emigrar, a la aventura. Pero la mayoría de la gente no tiene esa opción, la mayoría de la gente sale porque no le queda de otra. Esa parte es muy humana”, explica.

“Yo pienso que el país se ha sensibilizado bastante, incluso le voy a decir una cosa que a mí me parece interesante, hasta la prensa otrora totalmente xenofóbica, hasta esa prensa tuvo que corregir porque saben que no sé cuántos empleados nicaragüenses tendrán esas mismas empresas que dirigieron en algún momento la campaña de xenofobia. Debo decir –con alegría—que siento que ese no es un tema fuerte en este momento, aunque a ambos lados del Río San Juan se van a usar estas cosas como pretexto para mantener a la gente jodida”, zanja.

Relación intensa Costa Rica – Nicaragua

El catedrático añade que Costa Rica y Nicaragua “han tenido una relación más intensa que con otros vecinos”. “Con una relación frívola nada pasa, pero cuando hay una relación intensa, esa sí puede tener sus temores, sus alborotos, sus pequeñas cosas. El uso político de la identidad nacional que es una cosa tan frecuente, vociferar contra el vecino para echar toda la basura debajo de la alfombra. Ya estamos estructuralmente vinculados. Ya estamos tan sólidamente unidos. Mucha gente en Nicaragua ve a Costa Rica como una opción de esperanza”, anota.

Arquitecto nica: “El nicaragüense es una persona que viene con aspiraciones”

El arquitecto Gustavo Pérez, es un nicaragüense radicado en Costa Rica desde hace 44 años y apunta que llegó a ese país a estudiar, pero que luego hizo familia, como lo han hecho miles de nicas. Ahora tiene una empresa llamada Construcciones Integrales.

Pérez, comenta que la población de origen nicaragüense o inmigrantes destaca en la mano de obra en el sector construcción, servicio doméstico y agro. Y que por ello, en ciertas ocasiones se dan muestras de xenofobia porque se ve al nica como de menor estrato social.

El arquitecto subraya que la mano de obra nica “es muy competitiva” debido a que “el nicaragüense es una persona que viene con aspiraciones, quiere destacarse y prospera en el escalafón”.

“Hay un estigma de que el nicaragüense es aquella persona que aparece en las noticias, asociado a situaciones no tan positivas. La población nicaragüense está en todos los estratos sociales, en todos los sectores. Esa falsa visión de xenofobia contra la pobreza del sector nicaragüense que es el que más se visualiza en la calle”. Arq. Gustavo Pérez

“Es una cuestión casi de la naturaleza sociopolítica de Costa Rica que el mismo ciudadano costarricense no quiera realizar algunas labores que implican un trabajo bastante pesado y muchas veces el obrero costarricense aspira a tener cargos medios, cargos intermedios y sencillamente desprecian las oportunidades porque no las ven como una posición para ellos atractiva trabajar ellos en labores bastantes duras. En esa medida el nicaragüense no teme a enfrentar esas adversidades y su calidad y aporte es bueno”. Arq. Gustavo Pérez

¿Cómo ha sido la llegada de nicas a Costa Rica?

El año de llegada a Costa Rica de los inmigrantes nacidos en Nicaragua refleja sucesos políticos y económicos, así como desastres naturales. La primera ola de inmigración, en diciembre de 1972, se debió al terremoto que destruyó Managua.

Sin embargo, fue el punto culminante de la guerra civil contra la dictadura de Anastasio Somoza en 1977 y el triunfo de los sandinistas en 1979 lo que produjo un aumento más estable de la inmigración. 

El conflicto entre el primer gobierno sandinista y los Contras, ocurrido entre 1981 y 1989, está asociado de manera particular con el aumento de la inmigración hacia Costa Rica, cuyo número se duplicó de 1982 a 1983. 

El flujo de migrantes de Nicaragua a Costa Rica continuó durante la década debido al conflicto político y los altos índices de inflación e inestabilidad económica en Nicaragua. 

El final de la guerra civil nicaragüense en 1990 llevó a la instauración  de un régimen democrático, pero los flujos migratorios de Nicaragua a Costa Rica se mantuvieron nutridos durante toda  esa década. Después llegó un pico de inmigración a raíz del huracán Mitch en octubre de 1998.

El catedrático costarricense Carlos Granados Chaverri, confirma que a partir de 1980 la migración de nicaragüenses a su país “se hizo muy intensa por toda la situación política y económica”.

A ello, se sumó además que Costa Rica estaba en una tendencia de cambio económico, que era el abandono de la agricultura tradicional en el norte de ese territorio. 

“El abandono de la yuca, del frijol, de la ganadería, de esas cosas que se daban hasta en 1960, y el paso con el modelo neoliberal, con aquellos programas de ajuste estructural y de cómo decir reconversión productiva. Entonces qué se hizo en la zona norte de Costa Rica?, por ejemplo, se dejó todo eso para sembrar piña y antes de la piña en zona norte naranja, y qué ocuparon para sembrar eso? Muchos trabajadores, muchos brazos, muchas manos, poco nivel educativo. Porque para cosechar piñas, que es un trabajo decente, por supuesto; pero uno no ocupa ser una persona con altísimo nivel educativo, y eso mismo viene a reconvertir la economía para hacerla depender profundamente de mano de obra mal pagada”, reconoció.

Las cifras de migrantes procedentes de Nicaragua se disparó en Costa Rica a partir de la crisis sociopolítica de 2018. Hasta marzo pasado, el número de refugiados y solicitantes de asilo totalizan más de 150.000, es decir el 3% de la población total de Costa Rica.

Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses
Migrantes nicaragüenses

Los ingresos mensuales de los nicas en Costa Rica

En el estudio “Los migrantes nicaragüenses en Costa Rica: vulnerabilidad e implicaciones de su integración”, se detallan los ingresos mensuales de los nicaragüenses, tomando en cuenta si su llegada fue antes de 2018, o luego del estallido de la Rebelión de Abril de 2018. 

Los resultados destacan que el nivel de ingresos mensuales varía levemente de acuerdo al tiempo de llegada a Costa Rica, siempre predominando aquellos grupos con bajos ingresos.

Un 18.10% de los que llegaron antes de 2018 ganan menos de 112,000 colones (174.60 dólares). En el caso de aquellos que llegaron después, el porcentaje aumenta a 32.50%.

Sobre los que ganan entre 112,000 a 270,000 colones (420.91 dólares), los porcentajes son similares: 31.70% para aquellos que llegaron antes de 2018 y 31% para los que llegaron después. En este mismo orden, los que ganan entre 270.000 a 450.000 colones (701.51 dólares) se dividen entre 26.20% y 14.60%.

Los porcentajes menores están agrupados en los ingresos más altos. Entre quienes ganan entre 450,000 a 720,000 colones (1.122 dólares) mensuales, representan un 9% para aquellos que llegaron antes de 2018, y solo 2.60% para quienes llegaron después de ese año. Finalmente, aquellos que ganan entre 720,000 a 1,080.000 colones al mes (1.683 dólares) solo representan 1.90% en el caso de quienes llegaron antes de 2018, y el 0.70% para quienes llegaron después de ese año.

“La condición socioeconómica se refleja también en la baja capacidad de tener una base financiera fuerte. Primero, tres cuartos de los inmigrantes no poseen ahorros, y solamente un tercio tiene una cuenta bancaria. Aquellos pocos con ahorro, poseen una base de liquidez bajísima, inferior a un mes de ingreso.  Entre quienes están en el país recientemente, solo un 15% posee una cuenta bancaria, mientras que 37% de los que llevan más años, si la tienen”, añade el estudio.

Exministros de Trabajo Costarricenses han destacado el trabajo de los nicas

 

Francisco Morales, quien fue Ministro de Trabajo (1974 – 1978) y jerarca de la cartera de agricultura (1982 – 1986), dijo: “El peso de los nicaragüenses en la economía nacional es enorme. Me cuesta imaginar lo qué pasaría en Costa Rica si ellos no estuvieran en el país. ¿Qué pasaría con las cosechas? ¿Qué sucedería con la construcción y otros puestos de trabajo que dependen de estas personas? Hay muchos mitos negativos, pero la verdad es que su aporte es invaluable y positivo. Muchos de los puestos de trabajo que hoy ocupan, son labores que los costarricenses no realizan”.

 

Sandra Piszk, exministra de Trabajo en la administración de la expresidenta Laura Chinchilla (2010 – 2014), señaló: “Los nicaragüenses son sumamente importantes para la economía nacional, sobre todo en actividades como construcción, agricultura y servicio doméstico, por lo que el rechazo de estas personas significaría una verdadera complicación para el país. Costa Rica debe mantener su política de puertas abiertas aun en medio de la problemática que vive Nicaragua”.

Un nica que contrata a otros nicas para construir casas

Juan Sandoval Carrillo, es un nicaragüense originario de Solentiname, Río San Juan. Llegó a Costa Rica hace 34 años y actualmente trabaja como maestro de obras, dándole trabajo a otros connacionales. 

Sandoval Carrillo cuenta que llegó a Costa Rica cuando era un niño, pues su mamá temía que uno de sus hermanos fuese reclutado para la guerra que en ese entonces había en Nicaragua.

“A los 16 años de estar en San Jorge de Upala, me vine para San José a buscar trabajo y lo que encontré fue construcción. Me he desempeñado en lo que es la construcción, que para mí ha sido buena, de ella he comido, le he dado de comer a mis hijos, he mantenido a mi familia”, relata.

Califica la construcción como una “bonita actividad”, y aunque no tuvo la oportunidad de estudiar, conoce “el teje y maneje” de esa labor.

“Cuando yo contrato gente casi la mayoría es nicaragüense, es mano de obra muy buena, son muy trabajadores. Hay nicaragüenses que se vienen aquí con un propósito a hacer plata para mejorar allá en Nicaragua, hacer su casa y todo y mandarle plata a la familia y hay mucha gente que lo logra”, destaca.

“La construcción para mí ha sido la fuente de donde hemos recogido los recursos para tener lo poco que puede llegar a tener uno, pues he logrado muchas cosas, tengo 19 años de casado y pues ahí he sostenido con la construcción mi matrimonio, mi hogar, mis hijos que están estudiando”, agrega.

Una reflexión severa

Un niño nace en Nicaragua, la madre se desvela y trabaja duro para darle todo lo necesario, lo lleva a la primaria, con más sacrificio de ella él alcanza la secundaria, se bachillera a los 17 años, ese muchacho tiene toda la energía del mundo pero no encuentra trabajo; peor aún, el país vive en conflicto permanente y se va a Costa Rica.

En ese país encuentra trabajo, de obrero, chofer, pescador o guarda de seguridad, en fin cualquier trabajo digno que le remunere lo suficiente para vivir en Costa Rica. 

Al cabo de 30 o 40 años de trabajo es una persona que ya ronda los 60 años. Su vida productiva ha pasado. De joven no demandó mayores servicios de la Caja, pero ahora enfrenta el desgaste físico con enfermedades que lo aquejan. 

Si logra ser asegurado pasará una tercera edad llevadera, si no lo logró retornará a Nicaragua, sin ahorros, enfermo, quejumbroso, a usar los pésimos servicios de salud pública y a esperar sin mayor remedio su muerte.

Esta es la desgracia de tener un país que no puede retener a su fuerza productiva, a su talento humano. La etapa productiva, tus mejores años la diste a empresarios de Costa Rica, de Estados Unidos o de España. ¿Cómo vamos a salir de la pobreza y del subdesarrollo si enfrentamos estas condiciones, esta realidad?

Los nicas que emigran deben entender que el tiempo es importantísimo aprovecharlo y deben tener claro cuál es su plan de vida, aprovechar al máximo cada oportunidad y actuar siempre con valores y con dignidad. El futuro debe conquistarse día a día para alcanzar los sueños.  

Esta reflexión la hizo un economista nicaragüense consultado por este medio cuyo nombre no se revela por petición expresa de él, aduciendo razones de seguridad por lo que ocurre en Nicaragua.